viernes, 25 de abril de 2014

Marinero, ya no intentes zarpar...




“Y es que de nuevo caí,
como en aquellos años de adolescente
con corazón inconsciente
que se avienta de frente a sentir.
Pareciera que pasan los años
Y contigo yo nunca aprendí.

Marinero de este puerto,
Desembarcas en mi cuerpo
Y de prisa vuelves a embarcar.
En otro puerto, en otro cuerpo
Intentando escapar, huyendo
De eso que tanto temes…
No te vayas a enamorar.

Se que te escondes
Tras esas ojeras y tu cuerpo dibujado;
Esa actitud de Don Juan estudiado.

¡Hay marinero!
Te alejas de este puerto de nuevo,
Luchando contra la marea que te arrastra de regreso.
Te aterra la idea de abandonar tu navío,
Dejarlo a la deriva y desnudarte conmigo.

Baja ya el ancla, no intentes zarpar.
Te invito a mi playa, a orillas del mar;
No abandones tu navío,
Ni yo mis granos de arena y sal,
Eso es lo que hizo al mar llegarnos a juntar.

En mi playa hay un puerto,
En donde tu barco se puede quedar;
Tu barco estará en un puerto,
En donde yo estaré dispuesta a abordar.
Recorramos arenas, durmamos soles,
Despertemos con las estrellas,
Dejándonos mecer por las mareas,
Solo tu barco, mi puerto y el mar.

Vayamos en busca de tesoros,
De esos a los que nunca se les trazo un mapa,
Solo quien los posee los conoce.
Abre el cofre de tu corazón y compártelos conmigo
Y yo sin pensarlo te entregaré el mío.

Anda marinero, no intentes zarpar
Se valiente y admite que en este puerto te has de quedar.”

Mónica Makaco

Es que la inspiración llega así de golpe, de leer, escuchar, vivir y experimentar. Alimentarme de las historias que si no se escriben dejarían de pasar. Escuchando a Sabina, a mi madre, a mi abuela y a sus amigas platicar, en medio del bullicio que rondaba mi cabeza me he llegado ha inspirar, como hace mucho no me pasaba… supongo que ya me tenía que llegar.

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